Siargao, la Isla Bonita!!

Actualizado: 25 oct 2021

Ante esta situación de pandemia que nos tocó vivir, Filipinas cierra sus fronteras y “nadie entra, y si sales, quizás no logres entrar de nuevo", por lo que es mejor no arriesgarse y los planes de conocer Asia y viajar por este continente tendrán que posponerse un poco; así que mientras tanto, con todos los protocolos de seguridad y con el estricto cumplimiento de las normas de cada lugar, decidimos empezar a viajar internamente, en el País de las 7.640 islas...

Nuestro destino: SIARGAO, ubicada al sureste de Manila; es la isla de las palmas de coco, del surf y del yoga; la isla bonita, no solo por sus paisajes sino por la energía que sientes desde que llegas al aeropuerto.

Viajamos un domingo, en compañía de una pareja de amigos, pero realmente el viaje empieza casi una semana antes, pues por pandemia debes enviar papeles, certificados de salud, llenar formularios y 48 horas antes de tomar el avión, el swap test; así que ya con un “semi master” en la materia, solo llegamos al sitio del examen, llenamos formatos y: “mire hacia arriba, perdón, sé que es molesto.... respire... muy bien ... ahora, abra la boca... aaaah.... gracias! Le haremos llegar los resultados”.... fácil, ya vamos superando poco a poco los traumas iniciales e imagino, que este examen a futuro, será tan normal como uno de sangre...

Luego de esperar los resultados, nos preparamos ese sábado a empacar: solo 10k por maleta por persona... ok, no es mucho el equipaje que pensamos llevar, pero tampoco sabemos que podemos necesitar; además te advierten que es difícil encontrar una buena infraestructura de salud en algunas islas, por lo que creo que al final, pesa más el “botiquín” que la misma ropa... así que repetimos con gracia, una vez cerradas las maletas: “lo q se quedó, se quedó!!"

Salimos a eso de las 6:30 am para el aeropuerto, y la verdad es que en época de pandemia, no son muchas las personas que se animan a viajar a no ser que sean locales regresando a su lugares de origen... así que el tema del aeropuerto no estuvo grave, y tan solo esperamos a las 9:00 am para despegar....

Llegamos a Siargao luego de 2 horas de vuelo (no es tan cerca como uno se imagina), y al llegar te dicen que es una isla “libre de COVID” por eso tantos requisitos para su entrada, así que sientes algo de tranquilidad en medio de todo el estrés pandémico, pero igual, no hay que confiarse mucho... y como dicen las mamás: "es mejor prevenir..."

Nos recogieron del hotel (SoulTribe), demorándonos casi una hora para llegar, pues está ubicado al sur de la isla, en una región llamada “General Luna”; es un hotel pequeño, de 4 cabañas hermosas, en madera, con baño y ducha al aire libre... como de película, y claro, con tantas restricciones para ingresar a la isla, estábamos solos en el hotel; así que fue el ambiente perfecto para practicar yoga, meditar con cada amanecer y llenar mi almita con la energía del mar!!!

Pasamos unos días fantásticos, claro el clima no ayudó mucho, pues aunque en teoría estábamos en “tiempo seco”, el primer día empieza a llover torrencialmente, así que rápido y sin mucho planear, decidimos tomar las tablas y hacer Paddle Boarding (surf de remo) en medio del aguacero y aunque no éramos los más expertos, nos divertimos como niños, logrando llegar hasta un pequeño islote al frente del hotel a descansar, esperando que la “brisa en contra” no fuera muy cruel con nuestro regreso y que el sol que esperó nuestra llegada a la isla para volver a brillar, se ocultase un poco; pero con calma, el viaje de regreso sí o sí, debía ocurrir...

Probamos la amplia oferta gastronómica de la isla, que va desde restaurantes internacionales hasta panaderías especializadas en “panes de masa madre” y como nuestros amigos son chef, ellos se encargaron de contactar a dos amigos suyos (un chico filipino casado con una chica francesa) que tienen un restaurante especializado en ceviches, así que organizamos con ellos una comida en el hotel: fue una noche mágica, con un encanto único, al lado de la playa, con los mejores ceviches y sobre todo: la mejor compañía!!

Al otro día nos levantamos temprano, y nos fuimos a hacer hopping island, paseo recomendado e infaltable: alquilamos una banca (tradicional bote filipino que tiene unos tablones de madera a lo largo de la embarcación para darle más estabilidad) y antes de iniciar nuestro recorrido, nos detuvimos en un mercado local para comprar pescado fresco, así que conseguimos atún, que ni idea que iba a pasar con él, pero “lindo” si estaba.... de allí pasamos a la isla de Guyam (una mini isla), Daku y Naked Island (una isla naciente de arena blanca) y fue en Daku, donde pedimos a los locales que se encargaran del atún recién comprado y ellos nos prepararon un delicioso Seafood Boodle Fight (plato típico filipino que debe comerse con las manos según la tradición) con un sabor inigualable, rodeado de camarones, arroz, pulpo y una ensalada de pomelo, no solo hermoso a la vista, sino también al paladar!!

Rentamos una moto pequeña en el hotel, pues era indispensable salir a recorrer la isla, así que nos dimos a la tarea de visitar los sitios recomendados y cuando debíamos tanquear la moto, te das cuenta de un pequeño detalle: allí no hay gasolineras, así que te explican que debes acercarte a una tienda del camino, pues seguro allí tienen los litros de Coca-Cola llenitos de gasolina roja, compras las gasolina por “cocacolazos”, y ya está, sigues tu camino!.

Recorrimos la isla; visitamos cafecitos, conocimos el famoso muelle Cloud 9, considerado el mejor sitio para hacer surf y donde anualmente celebran la copa de surfing (Siargao Cloud 9 Surfing Cup); probamos los saludables smoothies y jugos de Shaka; comimos la famosa pizza en Kermit; nos tomamos unos cócteles al atardecer en el White Banana; recorrimos la isla en moto en medio del diluvio universal (mmm... temporada seca, no?), así que no logramos navegar el Río Maasin, pero nos contentamos con verlo desde el puente, y bueno, tampoco pudimos ingresar a las piscinas naturales, pues a pesar de estar con marea baja, se encontraban cerradas al público... así que sin afán y emparamados por la lluvia torrencial, nos dimos a la tarea de recorrer las plantaciones de palma de coco!!